Friday, February 28, 2020

day ONE THOUSAND ONE HUNDRED and THIRTY SIX

POEM and COLLAGE by Oscar Varona 

“NADIE”

Dejé que aquel hombre entrara en mi cabeza por la puerta de atrás.
Dejé que se recostase, que hiciese de mi cráneo su guarida.
Permití que todo su ser abarcase el diámetro de mi cerebro vacío,
Pues no había nada en mi pensamiento excepto el aire nítido de la apariencia.
Consentí que sus palabras fueran las mías, que hablase por mi boca;
Que el odio que en su interior albergaba, se convirtiese en el mío.
Y renuncié a pensar por mí mismo, a hacer o decir lo que yo quisiera,
Porque en realidad nada quería, nada deseaba, excepto seguir respirando.
Me convertí en su títere sin yo saberlo.
Ya no podía pensar por mí mismo, sino que era él quien pensaba por mí.
Y cuando él reía, yo me reía del resto del mundo.
Nada ni nadie me volvió a importar.
El infierno eran ellos, ellos, todos aquellos que me señalaban;
Los que querían que dejase de escupir aquel rencor, que pensase en los demás;
Que respetase a las mujeres, a los negros, a los pobres… a todo el mundo.
Pero yo era incapaz de respetarme a mí mismo,
¿por qué iba entonces a considerar a todos aquellos que nunca se habían percatado de mi presencia?
Según él.
Siempre según él.
Pues él vive en mí, se ha convertido en mí,
O yo soy él.
Soy su voz, su esquirla, su trozo de vida conquistado.
Soy sus ojos enrojecidos por el rencor envenenado al vecino.
Soy sus tripas cancerígenas que inyectan rabia en mis nervios partidos.
Soy poderoso y un don nadie.
Y camino por la calle sin ser yo, pero orgulloso de ser él.
No soy nadie.


“NOBODY”


I let that man enter in my head through the back door.
I let him lie down, make my skull his lair.
I allowed his whole being to cover the diameter of my empty brain,
For there was nothing in my thought except the crisp air of appearance.
I agreed that his words were mine, that he speaks through my mouth;
That the hatred inside him, became mine.
And I gave up thinking for myself, to do or say what I wanted,
Because nothing I really wanted, nothing wanted, except to keep breathing.
I became his puppet without me knowing.
I could no longer think for myself, but it was he who thought for me.
And when he laughed, I laughed at the rest of the world.
Nothing and nobody cared again.
The hell was them, they, all those who pointed to me;
Those who wanted me to stop spitting that resentment, to think about others;
To respect women, blacks, the poor people... the whole world.
But I was unable to respect myself,
Why would I then consider all those who had never noticed my presence?
According to him.
Always according to him.
Cause he lives inside of me, he has become me,
Or I am him.
I am his voice, his splinter, his piece of life conquered.
I am his eyes reddened by the grudge poisoned the neighbor.
I am his cancer guts that inject rage into my broken nerves.
I am powerful and a John Doe.
And I walk down the street without being me, but proud to be him.
I'm nobody.

--Oscar Varona



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